El exceso de humedad en un alojamiento puede acarrear muchos problemas, como la aparición de moho, malos olores y el deterioro de muebles y paredes. Una solución eficaz para remediarlo es usar un absorbente de humedad. Existen distintos formatos de recarga: el absorbente de humedad en bolsa y el absorbente en pastilla. ¿Cuál es mejor elegir según sus necesidades?
¿De dónde viene la humedad?
La humedad puede tener varias causas: una mala ventilación, infiltraciones de agua o incluso condensación excesiva por cambios de temperatura. Todo esto puede tener consecuencias graves, como la formación de moho y la alteración de las paredes y el mobiliario. También puede afectar a la salud de los habitantes, agravando ciertas alergias o problemas respiratorios. Para evitarlo, es importante controlar el índice de humedad con ayuda de un absorbente de humedad adecuado.
Absorbente de humedad en bolsa: usos recomendados
El absorbente de humedad en bolsa se coloca en una caja, al igual que el absorbente en pastilla. Su función es capturar la humedad gracias a unos cristales de cloruro de calcio, que absorben el agua contenida en el aire y la convierten en líquido. Una vez vacía la bolsa, hay que tirarla y cambiarla por una nueva.
Su principal ventaja es su facilidad de uso: una vez colocada en la caja, funciona de forma autónoma y no requiere ningún mantenimiento hasta su sustitución. Sin embargo, genera más residuos que en el absorbente en pastilla, ya que hay que tirar la bolsa después de usarla.
Absorbente de humedad en pastilla: usos recomendados
El absorbente en pastilla también funciona dentro de una caja, pero se basa en un principio diferente. Las pastillas, en cualquier formato, permiten absorber la humedad más rápido que las bolsas. Esto se debe a que el aire está en contacto directo con el cloruro de calcio, mientras que, en el caso de las bolsas, el contacto se ralentiza por el envoltorio que las contiene.
Otra ventaja: al contrario que las bolsas, las pastillas no generan residuos plásticos. Una vez disuelta la pastilla, no hay más que cambiarla, así que es una solución más sencilla y respetuosa con el medio ambiente.
Este formato es ideal para estancias como el salón, donde es necesario absorber la humedad rápidamente. Las pastillas ofrecen una acción rápida gracias al contacto directo del aire con el cloruro de calcio, pero su vida útil es más corta.
En cambio, para espacios como el garaje o el sótano, donde es preferible contar con una acción más lenta y prolongada, se recomienda utilizar bolsas. Estas ofrecen una regulación continua de la humedad durante más tiempo gracias a su envoltorio, que ralentiza el contacto con el aire.
Diferencias de eficacia entre el absorbente de humedad en bolsa y en pastilla
La elección de un absorbente de humedad en bolsa o en pastilla depende principalmente de la velocidad de acción deseada. Las pastillas absorben más rápido la humedad gracias al contacto directo entre el aire y el cloruro de calcio, pero tienen una vida útil más corta. En cambio, las bolsas actúan de una forma más lenta y continua, por lo que son especialmente adecuadas para prolongar el efecto durante más tiempo.
La tecnología que se use no depende del tamaño de la estancia: basta con adaptar el volumen de absorción necesario eligiendo un absorbente más o menos grande y añadiendo varias recargas.
¿Qué tipo de absorbente conviene recomendar para cada uso?
La elección de un absorbente de humedad en bolsa o en pastilla depende del tipo de acción deseado. La pastilla absorbe la humedad más rápido gracias al contacto directo con el aire, pero su eficacia es menos duradera. La bolsa, sin embargo, actúa más despacio pero de forma continua y durante más tiempo.
No se trata de adaptar la tecnología al tamaño de la estancia, sino al tipo de necesidad: para una acción inmediata, será más adecuada la pastilla, mientras que para un uso prolongado con un mantenimiento reducido, la bolsa es una solución sencilla y duradera.
